El modelo de negocios Lean Startup es un método para el desarrollo de empresas y productos basado en una aplicación obsesiva y reiterativa de 3 fases: Construcción, Medición y Aprendizaje.
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Modelo Lean Startup: Planteamiento
Como siguiendo la corriente del marketing de «buscar la necesidad del cliente, en vez de inventarla», el modelo Lean Startup se basa en un enfoque obsesivo en el cliente en vez del producto.
Así, el objetivo es reconocer rápidamente la recepción del producto, poner a prueba las hipótesis y luego de esta manera saber hacia dónde avanzar.
Para conseguir validar este aprendizaje es fundamental actuar con rapidez y no esperar a tener un producto perfectamente acabado.
Mientras antes se pueda testear una hipótesis con clientes de verdad, antes se sabrá si se está acertando o conviene rectificar.
Modelo Lean Startup y el Producto Mínimo Viable (MVP)
De la mano de esta directriz del modelo Lean Startup está el concepto de MVP o «producto mínimo viable» (minimum viable product, en inglés).
Este último refiere a trabajar con una versión de un producto con las características fundamentales y que funcione adecuadamente, con el objetivo de maximizar el aprendizaje del negocio, producto y mercado.
Esto representa un cambio al tradicional funcionamiento del ciclo de desarrollo de productos, en el que el orden correcto pasaba por todas las fases de creación del producto hasta finalizar su desarrollo, para finalmente lanzarlo y «esperar» el haber acertado en los planteamientos.
El ciclo de desarrollo y aprendizaje se basa en 3 fases:
- Construir: Se empieza a desarrollar el MVP de acuerdo a las hipótesis que se quieran comprobar.
- Medir: Se establece una serie de métricas con las que se pretende valorar el experimento.
- Aprender: Conforme a las métricas y resultados se obtendrá información con la que aprenderá nuevos detalles del negocio para seguir mejorando.
Este ciclo es reiterativo, es decir, para cada hipótesis que se quiera comprobar hay que crear un nuevo MVP o una modificación y lanzarlo para seguir aprendiendo.
Se trata de una filosofía basada en la experimentación con ciclos de desarrollo muy cortos.
El MVP o Producto Mínimo Viable sirve para comprobar desde las hipótesis iniciales, problema y solución, y modelo de negocio, hasta cada nueva característica que se quiera introducir, e incluso pequeñas modificaciones.
Esta nueva forma de trabajar asegura el reducir enormemente los gastos, ya que desde el primer minuto se está trabajando con clientes de verdad obteniendo un conocimiento del negocio que de otra forma sería imposible.